Labtech entiende que un medidor de pH es un instrumento extremadamente importante en la ciencia. Es posible que la gente haya oído hablar de las mediciones de pH en algún momento y se pregunte qué significan. El pH indica la acidez o basicidad de un material, como un jugo, un refresco o un jabón. Cuando decimos que algo es ácido, queremos decir que tiene un sabor agrio; una sustancia básica (o alcalina) puede resultar resbaladiza o jabonosa. Comprender el nivel de pH ayuda a los científicos a predecir cómo se comportarán los diferentes compuestos en diferentes condiciones, lo que lo convierte en un factor crítico en una amplia gama de áreas como la medicina, la agricultura y la química. Por ejemplo, para detectar si una persona está enferma, los médicos necesitan saber el pH de la sangre y, para cultivar buenas plantas, los agricultores deben saber el pH del suelo.
Un medidor de pH que consta de dos electrodos: un electrodo de vidrio sensible para medir el potencial de la celda y un electrodo de referencia (una solución tampón estandarizada que no cambia cuando se le agrega algo) para obtener una medición precisa del pH. Esta sección es crucial ya que estabiliza y rectifica la medición. Básicamente, el electrodo de referencia sirve como plataforma de comparación para la otra mitad del medidor. La mitad del medidor de pH cambia según la cantidad de hidrógeno presente en la solución que se examina. Este electrodo de referencia proporciona una línea de base consistente, lo que permite a los científicos medir la lectura con confianza.
En términos simples, este electrodo de referencia sirve para mantener un voltaje constante. Este voltaje estable es necesario para obtener buenas lecturas de pH. La segunda parte del medidor de pH mide el voltaje, que indica cuántos iones de hidrógeno hay en el líquido que se está probando. El electrodo de referencia consta de materiales especiales que pueden contener cloruro de potasio y un cierto tipo de plata. Estos materiales garantizarán que estas lecturas sigan siendo confiables.
Hay varios factores clave que se deben tener en cuenta al seleccionar un electrodo de referencia. Un electrodo de referencia en buen estado y que funcione es fundamental. El único inconveniente del medidor de pH es que, si no se mantiene correctamente, puede dar una lectura incorrecta. Esto puede ocurrir si no se almacena correctamente o si es necesario reemplazar el líquido que contiene.
Existen varios tipos de electrodos de referencia para distintas aplicaciones. Algunos pueden rellenarse con líquido, otros contienen un gel y otros son materiales sólidos. El tipo de electrodo de referencia que debe utilizar depende de lo que esté midiendo y de la naturaleza de la solución. Cada tipo tiene sus propias ventajas y es importante elegir uno que se adapte a sus necesidades.
A pesar de ser herramientas indispensables, el uso de electrodos de referencia puede ocasionar problemas. Uno de estos problemas comunes se conoce como “deriva del electrodo”. Esto ocurre cuando un medidor de pH se usa o almacena de manera incorrecta, lo que genera lecturas incorrectas. Además, puede ser necesario calibrar o ajustar el medidor de pH para que funcione correctamente.
Otro problema que puede ocurrir es el conocido como “ensuciamiento del electrodo”. Esto ocurre cuando la suciedad u otras sustancias se acumulan en la superficie del electrodo, impidiendo así su correcto funcionamiento. En este caso, limpiar el electrodo con una solución especial puede solucionar este problema y restaurar la capacidad del sensor para tomar lecturas precisas.
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